Revivamos a Dios
El tiempo para buscar
la inmortalidad ya pasó.
Los labios rojos,
maduros e inocentes,
como cerezas de nadie
son sueños de otros.
Lo inocencia tiene dueño,
pero no eres tú.
Ni siquiera sabes
dónde vive,
ni con quién se junta.
Tú solo escribes,
sólo miras y juntas verbos,
y ni siquiera los adjetivos
son tuyos,
prestados de otro
que vivió,
soñó,
y despertó antes que tú.
30 Marzo 2023
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