Yo pensaba que el mundo era gris,
pero el día que te conocí,
me regalaste los colores,
y desde entonces no paro de descubrir,
campos violetas y noches verdes.
No quiero escribir,
quiero respirar a tu lado.
No estás aquí,
estas en todas partes.
Respiro y huelo tu piel,
y mis ojos se mueren por derramar
lágrimas sobre tu cuerpo desnudo.
Encontrarte me costó media vida,
y cada día sin ti es una vida sin sentido.
Amarte es tan fácil,
como sonreír al amanecer.
No es poesía,
es la verdad.
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